miércoles, 28 de octubre de 2015

CAPITULO 28 (tercera parte)




Las puntas de sus dedos estaban entumecidas mientras marcaba a su correo de voz para escuchar el mensaje del director del Servicio Forestal.


—Después de revisar su caso nuevamente, el Servicio Forestal ha decidido no ponerle de nuevo en el campo. Y, como estoy seguro que es consciente, se encuentra al final del proceso de apelación. Un miembro de nuestro programa de reorganización se comunicará con usted dentro de unos días para hablar de sus nuevas opciones dentro de la familia del Servicio Forestal. Una vez más, esperamos que decida quedarse con nosotros. Ha sido un gran activo para nuestra organización durante la última década y estamos seguros que será igual de grande en el futuro en el nuevo rol que tome.


¿Nuevas opciones?


¿Futuro?


Desde el día en que se graduó de secundaria, Pedro había estado en las montañas persiguiendo incendios forestales. 


¿Qué diablos se suponía que iba a hacer consigo mismo ahora? ¿Enseñar en base a un libro por el resto de su vida? ¿Usar un traje, obtener una barriga y contar las mismas historias sobre los ―buenos viejos tiempos‖ a los novatos?


Sintió la bomba que había estado construyéndose en su interior durante los últimos dos años comenzar a detonar, lento pero seguro. La negrura estaba arremolinándose desde lo más profundo de sus entrañas, una oscuridad que no había querido enfrentar, ni siquiera en los días más oscuros de sus quemaduras e injertos de piel, como tinta espesa absorbiéndose directamente en sus células.


Hace dos años, todo había sucedido tan rápido que no había tenido ocasión de prepararse para el golpe. Considerar la pérdida de todo lo que era su mundo, literalmente, cayendo fuera de su eje, estaba casi llegando a cámara lenta.


Pero al mismo tiempo que la agonía se prolongaba, le dio tiempo para tratar de encontrar algo a que aferrarse, cualquier cosa, con tal de mantener su cabeza fuera del agua por un tiempo.


Entonces los brazos de Paula llegaron a su alrededor, y mientras le murmuraba cuánto lo lamentaba, se dio cuenta que la respuesta estaba justo aquí.


Siempre y cuando pudiera seguir perdiéndose a sí mismo en Paula, podría ser capaz de mantener a los demonios a raya.





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